Una morgue para Satinga

Música marimba para inaugurar la morgue de Satinga.

Con un grupo folklórico a ritmo de marimba, la música tradicional del Pacífico colombiano, la Cruz Roja Internacional (CICR) inauguró la nueva morgue de Satinga. Las condiciones técnicas y sanitarias de este depósito de cadáveres cubren una necesidad para un municipio que viene sufriendo las consecuencias del conflicto armado en toda su dimensión. Durante años, Chaín, el sepulturero del pueblo, y su ayudante Menelio sacaron a cientos de cadáveres que bajaban flotando por el río Patía y los llevaban al cementerio. Allí los arreglaban, les hacían la necropsia y los enterraban. Ambos trabajaban de forma muy precaria, sin agua y sin luz. En la vieja morgue hacían las disecciones con cuchillo y tijeras, sin guantes y alumbrados por una linterna.

Vea en este vídeo la historia de Una morgue para Satinga

Menelio es también todo un personaje del realismo mágico colombiano. Lleva más de 50 años en Satinga y todo el mundo lo conoce como “Zancudo”. Y es que verdaderamente sus brazos y sus piernas son largos como los de un mosquito. Recuerda haber rescatado unos 30 cadáveres del río. “La violencia entre los grupos armados allá arriba era terrible. El que tiraban al agua para hacerlo desaparecer, nosotros lo agarrábamos acá, pero el que quedaba en tierra se consumía allá, de ese no se sabe nada”, me cuenta. Menelio está contento con la morgue: “Quedó muy bella y ya no habrá que bajar a cargar agua del río”.

El ayudante de sepulturero lleva mucho tiempo con Chaín realizando autopsias. Me cuenta al detalle como las hacen: “El muerto se lava primero, se raja, se le sacan las vísceras, se lava por dentro y después de lavarlo bien lavado, se seca. Si el cadáver es fresco se hecha el formol y por encima del formol va el algodón. Después se cose, se viste, se pone en la caja y se le entrega al familiar. Cuando no lo podemos identificar lo bañamos de cal, le compramos ropa de segunda mano y lo vestimos, lo envolvemos y lo enterramos”. A los cadáveres sin identificar se les pone dentro de una bolsa plástica. Chaín dice siempre que a la madera le entra el gusano y al plástico no.

Las 51 tumbas NN

 La morgue se encuentra dentro del mismo cementerio donde resaltan el gran número de tumbas marcadas con las iniciales NN. En total hay 51, todas de cadáveres sin identificar y que en la mayoría de casos corresponden a los cuerpos sin vida que Chaín o Menelio rescataban del río. Con la ayuda de los sepultureros, el CICR las marcó todas y construyó además unos nuevos nichos para trasladar los cuerpos una vez se realicen las exhumaciones previstas.

Y es que la nueva morgue no era la única buena noticia para Satinga. Este municipio es el punto de partida de un proyecto de intervención en cementerios a nivel nacional que tiene previsto realizar las exhumaciones de los más de 40000 NN sin identificar que se estima hay en los campo santos colombianos. Al poco de irme del pueblo, un equipo móvil de 19 forenses tenían previsto llegar a Satinga para empezar esos trabajos.

 Quizá la manera de trabajar de Chaín y Menelio no fuese la más ortodoxa, pero la Cruz Roja les reconoció y agradeció su labor. También lo hizo el director de Medicina legal de Naríño Alvaro Hernandez quien me ratificó que la forma como ellos enterraron a todos esos cuerpos sin identificar ha permitido un muy buen estado de conservación que va a facilitar mucho la plena identificación de los mismos para que en el futuro se puedan devolver los restos óseos a las familias. Además, Chaín recopiló la máxima información sobre cada uno de los NN que enterró y guardó algunos objetos personales de los finados.

 Por su parte, Olivier Dorighel, jefe de la delegación del CICR que visitó Satinga, sabe que desgraciadamente no todos los cuerpos NN que hay en Colombia se van a poder identificar, pero en su discurso de inauguración de la morgue puso el acento en la lacra de la desaparición forzada en Colombia. “Para el CICR el tema de los desaparecidos es fundamental, primero por el derecho a saber de las familias porque cuando alguien tiene un ser querido desaparecido es una tragedia muy difícil de manejar, y segundo porque los restos mortales de víctimas del conflicto han de ser siempre respetados y se deben conservar de una manera digna”, aseveró.

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