Horror en La Macarena, belleza en Caño Cristales

Caño Cristales, municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

Caño Cristales, municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

Para salir de La Macarena sólo hay transporte terrestre dos veces a la semana hasta Vista Hermosa porque la idea de coger la avioneta, que sí sale a diario hacia Villavicencio, estaba descartada. Esos aeroplanos, que por aquí suelen ser híbridos mitad de carga y mitad de pasajeros, no me hacen mucha gracia. Además, todavía estaba muy presente el percance aéreo en el que salió ilesa la anterior alcaldesa del pueblo y otros accidentes anteriores más graves en los que sí hubo fallecidos.

Me tocaba así esperarme tres días en La Macarena para irme, pero por suerte podía aprovecharlos para conocer aquí mismo y con más calma Caño Cristales, el llamado río de los cinco colores y del que dicen es el río más hermoso de la tierra. Seguramente lo es. No era la mejor época para visitarlo porque las plantas acuáticas endémicas que nacen en su cauce todavía no habían florecido lo suficiente. Cuando lo hacen, el río se tiñe de rojo, amarillo, verde, violeta y azul. Toda una paleta de colores que convierten a este afluente del Río Guayabero en un lugar único que tiene además bonitas cascadas y formas y recovecos rocosos muy sugerentes.

Caño Cristales, municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

Caño Cristales, municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

 

 La guerra por un lado y la belleza de Caño cristales por otro forman parte de esos contrastes con los que uno se encuentra tan a menudo en Colombia. Y es que La Macarena hizo parte, junto con otras poblaciones de la región del Meta, de la llamada zona de distensión durante el fallido proceso de paz del Caguán que se dio por parte de las FARC y el gobierno colombiano de Andrés Pastrana entre los años 1999 y 2002.  Durante estos tres años se desmilitarizó toda la zona y la guerrilla de las FARC, que siempre tuvo en la región una fuerte influencia, se convirtió de facto en el gobierno del municipio. “El gobierno aquí era el de las FARC. Todo era muy normal. Nuestros hijos, los hijos de nuestros amigos, personas que habíamos visto nacer y otras muchas personas  ingresaron a ese gobierno. La gente empuñaba armas, andaba en coche y en moto, empezaron a tener dinero y poder. Se convirtió en algo muy atractivo porque había cierta prosperidad y no faltaron los que se enfocaron a cultivar coca. Cuando se rompen los diálogos de paz, el Estado colombiano, en su afán por recuperar el territorio ocupado por la guerrilla, inicia una gran ofensiva militar y esa confrontación armada produce unas consecuencias terribles para toda esa gente y para la población en general”, me cuenta Jeremías Cote, un vecino del pueblo.

Iglesia del municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

Iglesia del municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

La ofensiva militar sostenida en el tiempo desde entonces se recrudeció con Álvaro Uribe de presidente. Su idea de recuperar totalmente el territorio y expulsar definitivamente a la guerrilla hace que refuerce la presencia militar y policial en la región e implemente varias estrategias y planes militares de gran impacto en la región y no exentas de graves violaciones a los derechos humanos. La muerte del ‘Mono Jojoy‘, un histórico dirigente de la guerrilla abatido en una operación militar en la Macarena en 2010, se cuenta como su mayor éxito. Pero más allá de ello, la presencia institucional sigue sin apenas percibirse prácticamente en ninguna parte. En la Macarena la mayoría de las carreteras y caminos las ha hecho la propia comunidad y lo mismo ocurre con más de la mitad de sus infraestructuras educativas; unas escuelitas muy sencillas construidas también por la gente de la región. De la salud ni hablemos.

 Con todo, el pueblo de La Macarena está ahora relativamente tranquilo y tiene hasta un cierto encanto, aunque la verdad no transmite muy buenas vibraciones, seguramente por tratarse de un lugar tan golpeado. Al menos eso es lo que yo sentí. La economía tampoco prospera. Por un lado, la ganadería sí ha desplazado en parte a los cultivos de coca, pero por otro, el petróleo, muy abundante en la zona, es más una amenaza que una oportunidad. “Tenemos la experiencia de otros municipios del país donde la riqueza se la llevan los demás y a la comunidad no le queda nada, sólo los ríos secos. Además, allí donde ha llegado el petróleo se vuelve todo más incontrolable porque llega gente de todas partes y se encarece el coste de la vida y aumenta la delincuencia”, presiente Diana Castillo, vecina del pueblo. Para la gente de la Macarena la gran esperanza se llama Caño Cristales. Con la llegada de una cierta pacificación a la región confían en el potencial de su hermoso río para que active el turismo como principal fuente de ingresos del municipio.

Calle del Municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

Calle del Municipio de La Macarena, departamento del Meta. Foto: Javier Sulé

El alcalde de la Macarena Erminso Cardenas me reconoce que su municipio no tiene nada previsto ni está preparado para el día después en el caso de que las FARC y el gobierno firmasen la paz. Los posibles futuros ex combatientes de los bloques de la guerrilla que operan en la zona son en su mayoría hijos de la Macarena y del territorio que por lógica deberían retornar al municipio. “Uno no sabe que pueda suceder. En este caballo uno se monta y le toca ponerle a caminar sin saber en qué charco se va a caer o qué loma tiene que subir. Todo eso implica recursos que no tenemos porque aquí no hay ni cómo atender la educación ni la salud y por lo tanto mucho menos para atender ese tipo de cosas que se puedan dar en el futuro. Aquí vamos de la mano de Dios, bregando con la comunidad la manera de resolver los problemas. El Estado imagino que tendrá previsto qué hacer con los guerrilleros y guerrilleras que volverán a ser parte de la población civil para que de pronto no se vean abocadas a la delincuencia común”

 Esta es La Macarena, un lugar donde es posible visitar un cementerio que representa lo más horrendo de una guerra con más de 400 cuerpos sin identificar enterrados allí y también, a tan sólo 20 minutos de distancia, el río más hermoso del mundo. Quizá algún día, esos más de 400 cadáveres acaben por contar su historia. Quizá algún día, la gente pueda contemplar el río más hermoso del mundo con toda tranquilidad.

1 comentario en “Horror en La Macarena, belleza en Caño Cristales

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